Las propiedades de los minerales se relacionan con su estructura. Una propiedad escalar no depende de la estructura interna del mismo, como la densidad o el punto de fusión. Una propiedad vectorial es la que varía según la dirección, que depende de la estructura cristalina. Un ejemplo de propiedad vectorial es la dureza, el color o la fractura. Según estas propiedades, se distinguen dos tipos de minerales:
Propiedad mecánica donde el mineral opone mucha resistencia a romperse o deformarse.
Es la resistencia que ofrece la superficie de un mineral a ser rallada. Actualmente nos guiamos por la Tabla de Durezas de Mohs para clasificar los minerales según su dureza:
PROPIEDADES DE LOS MINERALES Tabla de dureza de MohsEs la manera en que un mineral se rompe cuando no tiene exfoliación. Puede tener el mineral exfoliación en ciertos planos, pero en otros no, así que se verá el tipo de fractura que tiene. Hay diferentes tipos de fractura como:
La exfoliación es la tendencia de un mineral a romperse según planos paralelos, debido a la existencia de planos con enlaces débiles. En la estructura cristalina de los minerales algunos enlaces son más débiles que otros, como en el caso de la mica, que su disposición de los átomos sigue una disposición laminar, donde cada átomo está unido mediante enlaces fuertes con los átomos vecinos del mismo plano y con enlaces débiles con los átomos cercanos de los planos vecinos. Cuando el mineral se somete a tensión, tienden a romperse los enlaces débiles de un mismo plano, de modo que el mineral se rompe en láminas. No todos los minerales tienen planos definidos de exfoliación, pero los que los poseen pueden ser identificados por las superficies lisas distintivas que se producen cuando se rompe el mineral. Los tipos de exfoliación más habituales son: -Cúbica (Halita, Galena), Octaédrica (Fluorita), Romboédrica (Calcita, Dolomita), Laminar (Yeso, Mica)
Un mineral no se puede clasificar según el color de éste, pues el color no es un elemento identificativo. Puede que sea característico en el mineral pero no identificativo. A su vez, el color real de cada mineral lo podemos ver según su ralla, rallando éste con el utensilio adecuado según su dureza en la escala de Mohs.
El brillo de un mineral es la apariencia que muestra la superficie de este cuando se proyecta y refleja luz blanca sobre ella. La superficie tiene no puede estar alterada porqué si no ya no vale la siguiente clasificación de brillos:
La birrefringencia o doble refracción es una propiedad de ciertos minerales, como la calcita en su variedad de Espato de Islandia, de desdoblar un haz de luz incidente en dos haces linealmente polarizados perpendiculares entre sí como si el material tuviese dos índices de refracción diferentes.
Es la capacidad que tienen algunos minerales de emitir luz. La fluorescencia es la propiedad de un mineral para emitir luz cuando se expone a radiaciones ultravioletas, rayos catódicos o rayos X. Las radiaciones absorbidas no son visibles por el ojo humano, se transforman en luz visible a una mayor longitud de onda a la incidente. En el proceso, una molécula absorbe un fotón de alta energía el cual se emite como un fotón de baja energía. La diferencia de energía entre absorción y emisión se disipa en forma de calor. El proceso es muy corto (milésimas de segundo) y este tiempo es la diferencia principal con otro fenómeno conocido como es la fosforescencia, que es cuando la luminiscencia sigue aún después de la exposición del mineral.
Dependiendo del tipo de enlace atómico que poseen ciertos minerales. Los mejores conductores de la electricidad, presentan enlace metálico, como el cobre, plata u oro. Hay veces que los enlaces no son metálicos sino que tienen cierto carácter metálico, se les llama semiconductores. Ejemplo: Galena. Luego están los minerales con enlace covalente y compuestos iónicos como el diamante y la fluorita respectivamente. Piezoelectricidad Es cuando un mineral produce una corriente eléctrica sometido a una variación de temperatura. Ejemplo: Turmalina
La manifestación más conocida del magnetismo es la fuerza de atracción o repulsión que actúa entre los materiales ferromagnéticos como el hierro. Desde la antigüedad se ha visto la interacción entre el hierro y minerales como la magnetita con el campo magnético terrestre, de modo que el polo norte de un imante tiende a apuntar al polo sur de otro. En los minerales como la magnetita o la pirrotina se puede apreciar este efecto.