Fórmula química:

C₁₀H₁₆O

Dureza: 2, 5-3

Peso específico: 1,03 - 1,125

Color: Amarillo, azul, violeta, verde a rojizo.

Brillo: vítreo

Forma: Sustancia amorfa.

Clase: Resina fósil

La etimología de la palabra “ámbar” proviene del griego “anbar” que significa jugo de los árboles.

Aparece en masas irregulares, nódulos o grumos entre rocas sedimentarias. Muchas veces engloba también restos orgánicos animales y vegetales fósiles muy bien conservados

El origen del ámbar, se considera que la resina fósil de una conífera, cuyos enormes bosques quedaron aprisionados en el terciario. Debido a este enterramiento, la resina natural de estos árboles experimentó un proceso muy largo de fosilización que dio como resultado el ámbar

El ámbar no aparece nunca cristalizado y no debe ser considerado estrictamente como un mineral. Aparece en núcleos irregulares, redondeados, en láminas, en formas uniformes o formadas por estratos superpuestos.

Se funde a 300-350º con descomposición, desprendiendo humos de olor penetrante, característico e irritante. Este olor aparece también por combustión. Es muy poco soluble en alcohol o éter etílico y por eso puede limpiarse con estas sustancias sin que pierda brillo.

En la época de Plinio se suponía un origen similar al expuesto anteriormente ya que en sus escritos aparece que el ámbar está producido por la “médula que se derrama” en los árboles como el pino o el cerezo. Esta sustancia surge en estado líquido y se solidifica lentamente por efecto del “suave calor otoñal, del frío o de la acción del mar”.

El uso del ámbar como gema es muy antiguo. Se han hallado incluso trozos de este material entre las pertenencias de los pueblos prehistóricos.

Los fenicios conocían y apreciaban bastante este mineral. En la Ilíada de Homero se habla de un marinero fenicio que vendió un collar de ámbar montado en oro. El ámbar amarillo se consagraba a Zeus, dios del cielo en la mitología griega, padre de los dioses y de los hombres.

Los romanos tenían una gran predilección por esta gema y la usaban no sólo como ornamento, sino también para honrar a los dioses con sus humos. Nerón sentía gran fascinación por ella y envió varias expediciones en su busca.

En Oriente se sigue creyendo en las propiedades curativas de este mineral. La costumbre oriental, después llegada a occidente, de construir boquillas de pipa en este material puede ser debida a esta creencia

En la actualidad sigue siendo usada como incienso en China, Japón, Irán y Arabia, siendo quemada en honor de los dioses de los antepasados y en los banquetes, como signos de magnificencia y riqueza.

En cuanto a yacimientos, son célebres los situados en las costas del mar Báltico pertenecientes a Rusia, al norte de Kaliningrado, donde los núcleos de ámbar aparecen en yacimientos secundarios en un estrato de arena de color azul verdoso. Estos depósitos son bastante extensos y pertenecen al Oligoceno y al Eoceno superior, derivados de depósitos terciarios anteriores.

En Sicilia, Italia, a lo largo del río Simeto, existe una variedad de ámbar de color rojo, amarillo rojizo o azul, que recibe el nombre de simetita.

En Rumanía se extraen pequeñas cantidades de una variedad parda o pardo amarillento llamada rumenita. Y, en Birmania existe un ámbar de color amarillo denominado birmita.

Se encuentran otros yacimientos en Galicia (España), Francia, Rusia y en Canadá. También aparece en México y en Santo Domingo normalmente asociado con lignito.

Los usos del ámbar son bien conocidos desde la época prehistórica. En los países orientales se usa tanto como ornamento personal como para la fabricación de rosarios. En occidente se sigue usando como gema.

Su valor es bastante elevado en el caso de collares grandes. Los trozos con insectos incluidos pueden alcanzar valores bastante altos según el ejemplar.

Debido a su alto valor, como se ha comentado anteriormente, existe un comercio de falsificaciones de ámbar que pueden ser de vidrio o compuestos de plástico.